Jajajjaja, no había que ser adivino para saber cual sería la condena de este presunto pedófilo, yonki confeso y cliente asiduo de prostibulos gay, que por cierto pagó con dinero público.
Era de cajón que todo apuntaba a que tendría esta condena, que es una bofetada al pueblo balear, un insulto a los contribuyentes que vieron en que se ocupan las exacciones que sagradamente llevamos a la calle Francesc Borja Moll y demostrarnos con ésta pena, que un buen abogado, contactos, hipocresías y entretelones, logran milagros.
Por cierto, esta condena crea jurisprudencia en que ser drogadicto, cocainómano y ladrón pero arrepentido, es un atenuante y eximente, creando una peligrosa apología soterrada de tales vicios, ya que para delinquir sabremos que si previamente nos enganchamos, la factura con la justicia saldrá de risa.
No será lejano el dia, en que veamos a este pecador, simpatizante del Opus, fichado por algún compadre político de su misma estofa aun no pillado y que lo pondrá detrás de algún negociado, que en su tiempo él mismo ayudó a crear, y que goce de nómina tan millonaria, que no tendrá necesidad de pagar sus perversiones con dinero ajeno.
Enhorabuena Javier Rodrigo....ahora unas vacaciones en Tailandia o Cuba y luego otra vez a lo mismo, que el histrionismo que pones en tus arrepentimientos y lloros, CUELAN.
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