Flaco favor hace la copiosa lluvia de Otoño a las aspiraciones de Madrid de ganar puntos para ser sede de las olimpiadas del 2016.
Recordemos que el invierno pasado la comunidad entera sufrió un caos inédito, por unos cuantos copos de nieve que se confabularon en caer todos juntos (una conspiración del clima diría Esperanza Aguirre), que no fué capaz de reconocer su poca previsión en tan evitable descalabro sufrido por todos.
Ahora se inundan cual ciudad tercermundista, dejando al descubierto tanta chapuza, falta de previsión y pasotismo de tanto político elegido justamente para que esto no ocurra y que con la verborrea acostumbrada se autoeximen de cualquier responsabilidad que les corresponda.
Menudo papelón hace Gallardón (me salió verso sin mayor esfuerzo), de vender la ciudad como referente de modernidad, infraestructuras, servicios y demás pomadas de predicador barato, para tener alguna opción de ser sede Olimpìca.
Olímpico ridículo harían, si fuesen elegidos y cayera una como la de estos días.
Tener pretensiones no es malo; lo malo es creerse y hacer creer un cuento que para nada es la realidad, de una ciudad que lo único que incrementa son radares para recaudar, cámaras para vigilar putas, impuestos municipales y poder para esquilmar al pobre y triste ciudadano madrileño.
Gallardón presidente??, Espe presidenta ???? .........no caerá esa breva
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