Como el asunto de los desastres naturales parece que se ha propagado y/o se ha puesto de moda, (la naturaleza también es caprichoza), es que esperamos con mucha fe que ésta no decida dar a Mallorca un escarnio a modo de temblor o terremoto, por tanta corrupción política, por tanta empresa constructora chapucera, que ha puesto mas arena y menos cemento que el recomendable a tantos pelotazos urbanisticos, con la connivencia de los encargados de fiscalizarlas y que han hecho la vista gorda por jugosos regalos.
Rogamos por tanto a la madre natura, que no nos visite por las Baleares, ya que entre el "mares" y la construcción express, cualquier movimiento telúrico mas allá del grado dos, no dejaría piedra sobre piedra, ni títere con cabeza en la islas.
Seguro que después del desaste o de desaparecer del mapa, abundarían las comisiones parlamentarias locales y centrales, para hayar a los responsables de haber pegado ladrillos con caca, y como siempre los forrados constructores y los alcaldes cómplices, saldrán incólumes de tales afrentas, con lo que les darán alas para que vuelvan a empezar, y en ese supuesto, sin esperar a recalificaciones.
¿Temblor en Mallorca? que Dios nos pille confesados.
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