jueves, 10 de febrero de 2011

Contaminación en Barcelona y Madrid y La Democracia


Según nuestros políticos, alcaldes,ministros de turno y sus respectivos cerebros, la única forma de solucionar los problemas cívicos, de tránsito, de congestión y ahora de contaminación, siempre es el mismo; prohibir,gravar,castigar, multar y expoliar....¿¿adivinen a quien ??.
La otra sugerencia que nos hacen estos listillos es que dejemos los coches en casa y nos traslademos en SP. Me parece muy bien, pero ¿No debieran predicar con el ejemplo ? ¿se imaginan a Gallardón a Hereu a Mas o la Aguirre en metro, en bus o en bici ??.
Por tanto, antes de sugerir cualquier solución que implique renunciar a los pocos derechos y comodidades que nos quedan, comiencen ellos a practicar sus experimentos, y luego si nos convencen las bondades de este, ya veremos si los imitamos.
Lo de las pensiones y sueldazos que tienen a bien mantener nuestras señorías, seguirán incrementandose y haciendose inamovibles, pese a haber quedado sus verguenzas al escarnio público y sus votantes, aunque para ciertas cosas, esta agonizante y degradada democracia (donde el pueblo es soberano)no va con ellos y son sordos al clamor de la ciudadanía.
Si somos un país democrático (con lo que se llenan la boca todos los calienta asientos del hemicíclo) ¿porque no se lleva a sufragio tan delicadas y vinculantes leyes que nos afectarán tan inmediatamente a los de siempre ?

¿Son capaces de llamar a votación al pueblo para que definamos nosotros sus sueldos, sus viáticos, sus pensiones y la supresión definitiva del abusado coche oficial?

¿Porqué no nos podemos pronunciar en la aprobación o no de importantes leyes como la última que tiene que ver con el tabaco y sus prohibiciones, que tanto descontento, desconcierto e indignación han generado ?

¿Democracia,o un remedo de ella con riendas y orejeras que solo las mueven para hacernos elegir entre malos y peores?
Aducirán de seguro el coste que tales plebiscitos acarrearían a los fondos públicos, aunque sabemos de sobra que por muy caro que nos saliera, no será ni por asomo los que nos cuestan tantos zánganos y vividores corruptos elegidos "democráticamente".

Los pobres egipcios, muchos de los cuales han dejado sus vidas para exigir democracia, debieran conocer en que se convierte ésta en manos perversas. Cuando lo sepan y lo sufran en carne propia, verán que poca es la diferencia entre un tirano octogenario y un congreso arrodillado ante 50 banqueros que nos tienen convencidos de que somos libres.

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