El Barca, Su Triunfo Catalán y los Extranjeros que lo Hicieron Posible

Estoy contento por el triple triunfo del F.C. Barcelona, pero no se equivoquen, es la misma alegría que siento después de haber visto una buena película o haber asistido a un buen espectáculo y no por ello salgo a la calle a celebrar tocando ridículamente el claxon.

Me alegro sobretodo por los jugadores que serán aun mas millonarios si cabe y sus plusvalías deportivas subiran como la leche hirviendo, pero para el resto de la afición, a currar, a cobrar el paro y a ingeniarselas en como comer mañana.

Si ha soportado leer la anterior y realista reflexión, lo invito ahora a que analicemos algo casi tan divertido, anecdótico, absurdo y bastante ridículo.

Cada español (catalanes incluídos) tiene su cacao mental con el rollo independentista catalán, que ni ellos mismos se aclaran, yo el primero; pero después de tantas virguerías vistas de parte de la afición culé, como abuchear el himno nacional, pifiar a los reyes y ahora con el merecido triunfo sacar pecho con eso del orgullo nacionalista y aprovechar estas copas para exacerbar mas si eso cabe tales idioteces, abaladas por el pequeño Laporta; la realidad es que tan histórica sucesión de triunfos, se debe sobretodo y principalmente a jugadores que NO SON CATALANES. (no pondré nombres, todos los conoceis)

Ojalá, que siendo Messi ahora, (para los catalanes) un semi Dios, le permitan a éste con algún decreto que celebrarían miles de personas, el que su hermanita menor, pueda estudiar su educación básica en lengua española y así volver desde la Argentina a vivir nuevamente a Barcelona con su hermano, desde donde nunca debió marcharse.

No sería una mala idea, que con el tirón mediático que ahora Leo tendrá, haga lobby o presión política, para que esta dictadura y aberración lingüistica, termine derogándose, sobretodo siendo él, el primer perjudicado.

No caerá esa breva, el chovinismo de los políticos catalanes es inherente a la mantención de sus cargos, privilegios y botines, y la apología que hacen de su nacionalismo anacrónico, barato y conveniente, es su bandera de lucha de la estupidez.

Bona Nit.