domingo, 26 de octubre de 2008

Ingrid Betancourt, Galardones y El Estrábico Rafael Ricardi




No me cabe duda de que la Franco-Colombiana Ingrid Betancourt, sufrió un indecible e indignante cautiverio de mas de 6 años, a manos de las Farc, con todo el sufrimiento y agonía que ello implica y que su liberación, aún hoy produce dudas de como se concretó.
Mi duda actual en todo caso, es a raiz del sinnúmero de homenajes, galardones y premios que esta ex política ha recibido, el último el de Principe de Asturias, sin dejar de lado el recibimiento que tuvo del Sumo Pontífice y de tantos presidentes en ejercicio.
La duda necesariamente tiene que ver con el porqué de tanto reconocimiento.
Será por su condición de política al momento de su secuestro?, será por su condición social, económica y familiar por cierto bastante burguesa? o será simplemente por ser una mujer que sufrió el azote del descontrol, de la inseguridad de una nación y de por supuesto un acto de ilegalidad e injusticia?.

Lo último, es lo que mas amerita tanto reconocimiento y todos los bien nacidos, estamos por ello, pero que pasa con otros que han sufrido una privación de libertad por una institución legitimamente instaurada, por un poder del estado legalmente establecido y que ha pasado mas de 13 años de vida encerrado, con un sufrimiento, desesperación e impotencia inimaginable y aun mayor que la de Ingrid y que no solo no tiene premios ni reconocimientos de nadie, sino que es condenado esta vez al olvido y a que su caso quede como otros en la anécdota de un desfavorecido, pobre y para colmo con un defecto físico que lo condenó y del que no es ni siquiera responsable.
¿Donde estará el Papa, el Principe, la Tv, los presidentes de gobiernos, para otorgarle u ofrecerle a Rafael Ricardi al menos un acto de desagravio o resarcirle de tanta negligencia e injusticia, ya no de unos guerrileros descolgados narcotraficantes, sino de un sistema democrático que se dice justo?. ¿Porque a Ingrid Si y a Rafael NO?. La respuesta la tenemos todos, pero nos da vergüenza siquiera pensarla.

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