Como las palizas sistemáticas de los Mossos D'esquadra, al interior de las comisarías hace algunos meses, quedó en el olvido y seguramente en la impunidad, era esperable que guardias privados sigan el ejemplo tan divertido de apalear, patear y humillar a inmigrantes, mendigos y pordioseros, en definitiva a gente débil, fisica y socialmente, lo que demuestra la madera, la valentía y la vocación de servicio público de estos vigilantes autorizados por el Ministerio del Interior.Sabido es el pasotismo de la jefatura de Prosegur y de mirar para otro lado, cuando han habido denuncias internas y reclamaciones puntuales aquí en Mallorca en contra de las cuestionables acciones de sus empleados, en cuanto a asumir atribuciones que no les corresponden; el tío apostado en la Jefatura de Tráfico hasta hace unos meses, era conocido (o temido)como prepotente, violento y dado a amenazar al que se atrevía a pararle los pies y esto es solo un boton de muestra.
Con los últimos vergonzosos acontecimientos en el metro de Madrid, queda al descubierto que en Prosegur son la regla tales procedimientos y lo necesario no es solamente despedir y encausar judicialmente a los responsables directos de tan alevosa cobardía, sino depurar las "jefaturas" directas de tales funcionarios.
Lo terrible que esto ha sido un escándalo, solo porque hay un testimonio gráfico, pero debemos presumir, que solo es el 10% de lo que ocurre realmente y que el 90 no se sabe, debido ese pasotismo negligente de la mencionada empresa.
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