Da una mezcla de rabia-lástima, ver lo desesperadas que están por seguir saliendo en la tele, a cualquier costa, las desagradables M.Teresa Campos y su patética hija Terelú o mas bien TELElú.
Que haya incado la rodilla su madre, ante los ejecutivos de telecinco y no precisamente para hacerles un "casting" rápido (ya no tiene edad para ello),sino aceptando ganar menos en programitas, con tal de que dejaran trabajando también a su pesadita, prepotente y un poco humillada heredera; son la muestra de que es vital para cierta gente para alimentar su ego a mal traer, salir en cámara, aunque sea de panelista de tercera clase, opinando e interviniendo forzadamente como si fuera erudíta en algo o en todo.
Así terminan, los personajillos que han entrado a los medios con enchufes, a la fuerza, con malas artes y envidias desbocadas.
El que la gente, sus colegas y por supuesto las cadenas no las quieran, responde solamente a su exceso de egolatría, el sentirse ridículamente divas de la estupidez y por supuesto el de no conocer la humildad.
Aunque ahora la Sra. Tele-lú intente desmarcarse sofisticadamente de las acciones circenses que va haciendo por los canales, su ex Pipí Estrada por unas pocas propinas, da evidentes muestras de que los dos son de la misma tribu y estofa, cutres y ordinarios.
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