Otra vez Gallardón, piensa patologicamente que Madrid es suya, y como buen Pepero e inquisidor, ha vetado la publicidad de esta película.Tengo dos hipotesis al respecto; la primera es que no puede disimular su trauma reprimido ante cualquier vestigio que implique sexo, con lo que imagino que su lado oscuro y desconocido debe ser lejos, bastante mas perverso que el propio *xxxxxxxxxxx, por eso que sabemos, que cuanto mas reprimas a los demás, mas segura estarán tus bajas pasiones, que a la vista de los hechos, Alberto tiene varias, que no estaría de mas que se tratara medicamente.
La segunda hipotesis, es que haya cobrado un buen talón, por tal prohibición, `para darle lo que ya es evidente, publicidad gratis a un film que de seguro será un coñazo.
Uniendo este nuevo resbalón franquista del acartonado alcalde (o alcaide), con la prohibición de que unos pringaos como nosotros intenten ganarse la vida, llevando publicidad encima, ya nada nos sorprenderá de este esbirro de la conferencia episcopal, que tiene a éste Torquemada moderno, a uno de sus mas entusiastas prosélitos.
*autocensura.
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