El que haya intentado desde El Salvador, rectificar algunos pasajes del libro, que la corte, sus cercanos y/o ella misma dieron por bueno y publicable, hace que como todo lo de la monarquía, parezca oscuro, extraño, intrigante y conspirativo.
Me habría gustado mas, que se hubiera abierto un debate del porqué el pueblo griego (descendiente de sabios y pensadores y cuna de la cultura occidental), decidiera apoyar sin mucho esfuerzo la abolición de la monarquía en ese país.
También me hubiera gustado que la periodista escribiera de la reina y su familia, cosas menos glamorosas pero no menos ciertas de su vida y de sus antepasados, aún a costa de transformarse en periodista non grata para la corona y sus tentáculos.
En fin, de todo este rollo rosa que se comenzará a generar a raiz del susodicho libro, me alegro unicamente por la autora, por Peñafiel, por los programas afternoon y por el gaypower, que verán en este impasse Real, un filón del que sacarán suculentos provechos económicos, no tan pingües como el que se llevará el reo Julián Muñoz con el talón de Ana Risa Quintana, que al final de cuentas son todos del mismo saco.
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