Hace algunos días ocurrió en Francia, el deceso del padre de la ex modelo Claudia Schiffer,y los que lo conocimos,de alguna forma estamos contentos por él,ya que no todo el mundo tiene el privilegio de morirse haciendo lo que le gusta,en este caso,jugando al Golf. Es cierto que nunca fue bueno para los golpes propiamente tales,ya que conocida fue la anécdota de una de sus bolas locas, aterrizando en la cabeza de otro jugador hace un par de años en Camp de Mar. También fueron de antología,las borracheras después de cada partido con sus míticos "albariños",que se descorchaban a una velocidad mayor que las de sus pelotas de golf,no sin antes haber vaciado algún barril de cerveza Bitburger con sus acostumbrados y clásicos shandys.
También recuerdo,cuando se encontraba con sus amigos cutres en las Club House, llamándolos apenas iban llegando con unos estruendosos "chiflidos"que a mas de alguna conspicua dama dejaron turulata.
Mención aparte era su costumbre de sacarse sus zapatos y calcetines sudados para poner sus pies sobre la mesa,a vista y paciencia del resto,aunque lo que mas nos divertía era que ni el encargado ,ni nadie, se atrevía a decirle nada porque obviamente era Papá Schiffer.
En todo caso,aparte de estas y otras anécdotas de este particular Dr.alemán,siempre gozó de mi simpatía,ya que nunca fué de nada,solo a su bola.
Adiós Hans
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